Saturday, December 09, 2006

Subte 56

Hace poco días vió la luz el subte 56 ilustrado con imagenes de José Alberto Madrigal Tiscareño, Giovanna Mora y Jonathan Zalapa Zalapa. Con textos de Krystyna Rodowska, Dora Moro, Diódoro, Andrea Montiel, Jorge A. Amaral, José Antonio Neri Tello, Arturo A. Tútuti, Leticia Carrera, Alfredo Peñuelas Rivas, Beatriz Pimentel y Oscar Edgar López

Saturday, July 22, 2006

Palabras desde el subsuelo, mordidas de letras.

Daniel Bencomo

Bajo la tierra, es la primera acepción para la palabra subterráneo. En un contexto actual, principalmente en las metrópolis, se ocupa para nombrar al tren ligero que circula por debajo de la ciudad y, en ocasiones, asoma su lomo veloz sobre la dermis de la urbe. Otra definición tiene que ver con la condición alternativa de ciertas ideas, grupos, –de manera particular en los contextos creativos– que se manejan a contracorriente de los discursos dominantes, y son independientes tanto en dinámica vital como en sus propuestas. Sobre esta última definición, marco un agujero y empiezo a cavar ciertas ideas –topo–alrededor de un proyecto michoacano que ha adoptado ese nombre: El Subterráneo, revista independiente de creación literaria.

Desde hace tiempo conozco El Subterráneo, a sus editores, y he sido afortunado al contemplar, de forma casi completa, el desarrollo de este proyecto. Lo primero que me agradó fue descubrir la juventud de sus creadores y la voluntad de ellos para difundir su producto. Al igual que muchas otras revistas que pretenden ser literarias, surgió con la intención de proponer un espacio alternativo a los del establishment, de salir del oscuro pasillo de la pubertad y exhibirse, sin pudor, en un pequeño fanzine. Es cierto que –y esta pequeña vergüenza de editor la comparto con ellos– los primeros 36 y tantos números –breves en contenido, de alta periodicidad– carecen aún del rigor que se adquiere con la madurez y la información; sin embargo, esta condición de rebeldía, de pelea ante lo existente, es siempre deseable. Así, este subterráneo comenzaba a asomar su filuda nariz a las miradas morelianas, a la vez que adquiría densidad con rapidez, y ampliaba sus raíces y contactos flotantes.

Para una revista literaria siempre existirá la tentación de los estímulos oficiales, arma con filos que pueden llevar a una publicación a la consolidación o bien, a desaparecer. Y ese momento llegó para El Subte, y supo solventarlo de manera exitosa, pues a partir del número 49 se observa un crecimiento del proyecto, tanto en su calidad gráfica y de impresión, como en la selección de sus colaboradores y la limpieza en la edición. Una característica importante es que no sólo hay interés por publicar al escenario incógnito de Morelia, sino también a jóvenes creadores de otros puntos del país, como Guadalajara, Colima y Zacatecas. Sus editores mantienen un espacio propio en cada número, para mostrar su creación. También se publican, en breve cantidad, colaboraciones de autores con cierta trayectoria. De esta manera se enriquece con diversidad de voces esta cloaca, que esparce sus aromas cada vez más lejos.

Así hasta llegar al número 54. Cinco años desde el inicio. Lapso de madurez, de crecimiento, de publicar a mucha banda –con un amplio espectro de calidad literaria–, de generar y colaborar –junto a otras revistas literarias del interior del país– en una red de proyectos literarios: la red electrónica Suelos Aliados, que aglutina a revistas de muy diversos lares del país, incluidos Yucatán, Campeche, Monterrey. Tiempo para llegar a las manos de muchos lectores que, como yo, no les conocían. De darle al chimuelo “leedor”, dulces cristalizados de literatura fresca, hecha por jóvenes “escribidores” o “palabreros”, para romperse los pocos dientes que le quedan con golpes de tierra, creaciones sísmicas, de acuerdo al eslogan que ha acompañado a la revista. Junto a al desarrollo propio de la revista, es notoria también la evolución de sus editores, que cada día afinan más su trabajo creativo, y pretenden confirmar su lugar dentro de las promesas jóvenes michoacanas.

De esta forma, un proyecto que poco a poco asoma de las catacumbas culturales de una ciudad –fraguado, como otros tantos, bajo el golpe de indiferencia y la poca promoción cultural de su medio–se consolida y muda de piel, reptil moreliano, para enseñarnos entre sus dientes literatura nueva, mientras se seca la oscuridad que le escurre y por supuesto, deseando sobrepasar el sino trágico que abunda en las revistas literarias después de unos cuantos números publicados.

El más reciente número de El Subterráneo (55), presenta un nuevo formato, imagino adecuado a las nuevas circunstancias económicas del proyecto editorial. Hay una evolución. Menos prolija en cuanto a espacios, pero con una buena selección de material. Esperemos que este proyecto permanezca por mucho tiempo más, y siga cumpliendo su función de espacio alterno, independiente; que el rigor editorial y la calidad también aumenten y, por supuesto, deseamos mantenga ese aliento de rebeldía e independencia que ya le pertenece y que lo mantiene a flote entre nuestras cañerías favoritas.

Wednesday, May 31, 2006

C O N V O C A T O R I A

La revista literaria El Subterráneo (Morelia, Mich., Méx) convoca a creadores interesados en colaborar enviando textos inéditos o imágenes originales sin importar edad, nacionalidad o sexo, con las siguientes características que responden al nuevo formato de la revista:
*Textos literarios (cuento, poesía, relato, viñeta, miniensayos) breves, de preferencia no mayores a una cuartillas, aunque el límite es aproximadamente de tres (500 palabras).
*Imagenes (pintura, fotografía, dibujo) capturadas en resolución de 300, en formato tiff y de preferencia desaturadas (blanco/negro) o a base de trazos; pueden ser series o imágenes sueltas. No se aceptarán fotomontajes, collages o imitaciones de imágenes conocidas o de otros autores.
Todo material se recibirá en donsubte@yahoo.com.mx o sadismopuro@gmail.com y de ser la primera vez que se envia cualquier tipo de material se pide incluir datos mínimos del autor. El Consejo Editorial de la revista se compromete a avisar y a enviar de 5 a 10 ejemplares a los autores en caso de publicación.
La revista El Subterráneo, ha publicado hasta la fecha 55 numerotes, en mayo del 2006 inicio su séptimo año de edición.
Cualquier duda aquí se la podemos responder.

Sunday, April 30, 2006

Iniciamos

Le damos la más coordial bienvenida a este sitio, a este blog. La comunidad de la revista no dejará de existir, pero aquí pegaremos avisos, convocatorias y cualquier cosa que surga que queramos anunciar, difundir o promocionar.
Por ahora les dejo el texto que se leyó en la última presentación de la revista:
LA HISTORIA OFICIAL (NO NECESARIAMENTE) VERDADERA DE LA SIEMPRE GENIAL REVISTA "EL SUBTERRANEO".
¡Escuchad hermanos! La admirable y cruenta historia de los pequeños humanos subterráneos, que en un día de mayo en los albores del nuevo milenio, comenzaron su viaje por los peligrosos senderos de la creación literaria y la publicación independiente.
La historia comienza en la decimosexta primavera del mozo Alfredo Carrera, cuando en un acceso de ira y genialidad (porque ¿no son acaso emociones de la misma estirpe?) convocó a otros cuatro hermosos y talentosos jóvenes a publicar bajo su mando, sus recientes, extraños, darketos y radicaloides textos en un coqueto formato de una sola hoja, al cuál, después de una larga deliberación decidimos llamar “El Subterráneo” para ubicarnos en nuestra situación real y además ser humildes. Hay que aceptar que los nombres pretenciosos si fueron sugeridos y variaron, pues en nuestra arrogancia queríamos nombrarlo de forma que la gente se diera cuenta de que habíamos leído: las posibilidades variaron de lo isabelino con “Ofelia enloquecida” a lo más peculiar con “El espejo del espejo en el espejo” o rendirle tributo a Sabato con el “Marsupial de las letras” pero era un nombre exageradamente fatuo, difícil de justificar ante el público.
Ya con un nombre, afiebrados y emocionados con el apabullante éxito del proyecto (Pese a ser por cooperación voluntaria, dos personas pagaron por él ¡Dos!) decidimos seguir adelante, pactando con sangre nuestra unión publicadora, para seguir en la honrosa labor hasta el fin de nuestras vidas mortales.
Cada día fue una tortuosa lucha en contra de nuestra falta de experiencia, presupuesto y dirección. Soportamos con valor las críticas, miramos de frente a la decepción, lloramos sangre por la vergüenza y el esfuerzo y escupimos tinta cada mes después de lograr un nuevo numerote. Dejamos a un lado nuestro ego publicador y tomamos un compromiso: hacer que todo aquel escritor reciente tuviera un foro libre con nosotros.
Al crecer nuestras barbas, creció nuestro talento y este pasar de horas incesantes trajo evoluciones a nuestra edición: de la coqueta hoja llena de letras sin control, paso a ser una coquetísima revista, con lindas imágenes bajadas de Internet, con intenciones de portada y nuevos bríos literarios, que destrozaron nuestras tendencias oscuras e izquierdistas para que por primera vez intentáramos hacer arte con todas sus letras: empezamos la crítica, el análisis, la búsqueda de nuevas imágenes literarias, etc. Comenzamos a entender nuestra labor.
Tal vez no fuimos del todo exitosos, después de todo teníamos 18 miserables años, pero descubrimos la terrible enfermedad de la literatura y sentimos la necesidad de contagiarla. Lentamente cayeron algunos gentiles en las garras de la fiebre, y algunos dibujantes enfermaron a voluntad. Es una lastima pero algunos de nuestros primeros convalecientes murieron (o desertaron que es lo mismo) pero llorar por ellos era una insensatez, teníamos que seguir adelante.
Lo único que en todo este tiempo no nos abandonó fue la falta de presupuesto, y frente al gargantuesco crecimiento de la revista eso significaría la desaparición misma de nuestra amada publicación. No podíamos perder nuestro compromiso y decepcionar a los que confiaron en el foro (entre los que se incluían ya escritores de trayectoria). Lo único que nos quedo por hacer fue vender nuestras almas al mismísimo Lucifer… pero como este señor no las quiso, tuvimos que ofrecérselas al gobierno… y bueno… no quiso comprarlas tampoco, nada más las rentó. Recibimos de ellos la beca PACMYC, y bueno empezó una nueva etapa de la revista que se caracterizó por la belleza y el (moderado) despilfarro. Nuestro triunfo fue tal que aun más escritores reconocidos aceptaron acompañarnos en el viaje así como muchos otros jóvenes escritores foráneos. Jamás tuvimos miedo de dejarnos de llamar independientes, con tal de que pudiéramos seguir nuestro trabajo adecuadamente.
En esta gloriosa etapa llegamos al numerote 50 ¡Oh, que bellísimo numerote! Rebosante de literatura e imágenes. Es nuestra etapa de mayor madurez, en el que ya no buscamos hacer locuras ni complejidades. Nuestra revista es simple, llana, con índices, con orden. Entonces se preguntará ¿Qué ofrecemos? Y yo le contestaré: literatura. Bella, fea, cursi, mordaz, irónica, seria, graciosa, simple o compleja literatura. Además de nuestro eterno compromiso para difundir la obra de quien se quiera apuntar y este dispuesto a aceptar la crítica y el trabajo duro.
A pesar de que ya nos devolvieron nuestras almas y no las quisieron rentar de nuevo seguiremos adelante. Si señores, somos pobres de nuevo, pero el trabajo continua, la labor no muere, y así como el sol sale en el portentoso horizonte cada día, así mismo los guapos y talentosos subterráneos cavaran su camino a pesar de las terribles rocas de la complejidad existencial, la eterna pose exagerada y la arrogancia que no respeta el arte.